
Visto desde este punto, la interactividad suelta un caudal de beneficios, sin embargo, como en todo, se debe manejar con cierta prudencia pues esto genera que cuando hay tantos emisores que no conocemos esto se torna en una gran cantidad de personas de las que desconocemos su reputación o su dominio sobre un tema y que pueden estar emitiendo información sin que esta tenga un 100% de confiabilidad o que sólo opinen sin sustento suficiente por no ser especialistas y que, algún ingenuo, retome esos datos y los dé por hecho. Un ejemplo de ello es Wikipedia, la enciclopedia libre que nos deja consultar información y editarla también de modo que cualquiera de nosotros, gracias a la interactividad puede escribir o editar una entrada de información y agregar cualquier dato. Esto, que podría ser bueno, en realidad impacta su nivel de fiabilidad ya que este puede disminuir ante temas específicos de corte científico, lo que no ocurre en páginas con respaldo científico, como por ejemplo Redalyc o Scielo, que tienen procesos más rigurosos o filtros para elegir quién puede o no interactuar y editar la información.
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